Pertenecemos a la Parroquia Santo Cura de Ars, atendida pastoralmente por la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos).

Nos ubicas en Pirámide 565, paradero 11 ½ de Santa Rosa. Comuna de San Miguel, Santiago de Chile.
Nuestras actividades se despliegan durante la semana; nuestra celebración dominical es a las 10:15. Bienvenid@s.





ATENCIÓN

A contar del 1 de Enero de 2013 las Meditaciones diarias del evangelio se encuentran en: http://pazamoryalegria.blogspot.com/

domingo, 12 de junio de 2011

¿Qué le podemos regalar a nuestra Iglesia en su “cumpleaños”?

En Pentecostés, nuestra liturgia fue presidida por el ministro Miguel, quien al momento de la reflexión de las lecturas bíblicas, señaló que esta fiesta podríamos considerarla el “cumpleaños” de nuestra Iglesia, ya que con la venida del Espíritu Santo se inaugura la misión de los discípulos hasta llegar a lo que somos hoy.
Entonces, se preguntó ¿qué le podríamos (o nos podríamos) regalar como Iglesia en este “cumpleaños”?, para lo que, dijo se basaría en el propio Evangelio proclamado hoy (Juan 20,19-23).
Nos invitó a regalarle Paz en estos momentos difíciles que vive, evitando sumarse a las críticas infundadas, como cuando se dice que la “solución” a los delitos cometidos es que los sacerdotes se casen, lo que es una ignorancia, debido a que la mayoría de los pedófilos y degenerados son hombres casados. Y desconociendo que el celibato viene de una indicación del propio Jesús en el Evangelio (“hay otros que decidieron no casarse a causa del Reino de los Cielos. ¡El que pueda entender, que entienda!”. Mateo 19, 12). Y no sólo criticamos a los sacerdotes, sino que nos criticamos entre nosotros dando un muy mal testimonio de fe.
A continuación, dijo que debíamos regalarle Generosidad. Así como nuestra casa necesita recursos para mantenerse, la Casa de Dios, también. Por ello, recalcó que debemos comprometernos con el 1% y también con colaborar en todo lo que nos sea posible.
Además nos dijo que sería necesario que le regalásemos a la Iglesia nuestra Alegría, porque si vivimos así nuestra fe, otros también querrán seguirla. En cambio, rostros amargados sólo alejan a los demás.
Y, por último, regalar Perdón. A los demás y a nosotros mismos, porque al aceptarnos como somos, podemos aceptar al hermano también y creamos un mejor ambiente en nuestras comunidades.
Finalizó exhortándonos a pensar qué puede regalarle cada uno a nuestra Iglesia, para hacerla mejor y que no haya sido una “pérdida de tiempo” del Señor haber realizado toda su misión.
Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

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