En la fiesta de la Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, nuestra liturgia fue presidida por el ministro Dionisio, quien, al momento de comentar la Palabra , preguntó a la asamblea qué les decía ésta. Y se dijo: - Que Dios siempre invita a comer su cuerpo y beber su sangre; - Que viviremos eternamente; -Que comer y beber hace que el Señor permanezca en los que comulgan; -Que nos resucitará.
Seguidamente, el ministro reflexionó que comulgar es una linda ocasión para tener a Jesús dentro nuestro y compartir con él nuestros sentimientos. Entonces, nos preguntó qué le decimos en ese momento. Y se dijo que se le agradecía por todo. Lo que él recalcó indicando que así debía ser, porque dirigirnos al Señor sólo en los malos momentos. Se le pide también guía, salud, fuerza necesaria para el día a día, cosas que nos otorgan su cuerpo y su sangre.
Después contó lo hermoso que es ver cómo acogen la comunión los enfermos cuando los va a visitar un ministro. Y nos invitó a acompañar a quienes otorgan este servicio y ser testigos de ese momento.
Por último insistió en que todos podemos trabajar por el Reino, para ser mejores personas, servir a los demás y darles el apoyo que necesitan.
Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.
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