¿De qué nos sirve que Dios sea trinidad?

Este Domingo, fiesta de la Santísima Trinidad, la Eucaristía en nuestra comunidad fue presidida por el padre Andrés,quien en la homilía nos dijo que la palabra “trinidad” no se encuentra en la Biblia, sino que es una expresión que la Iglesia encontró posteriormente para explicar que Dios es tres personas. A continuación, reflexionó en que nadie puede llegar por el uso sólo de la razón a descubrir este misterio. Decía que sólo era posible que uno sintiese o entendiese que Dios es amor y nos acompaña, pero no ir más allá de eso. Y que nosotros lo creemos, porque le creemos a Jesús, quien fue el que nos enseñó que él y el Padre están unidos en comunión de amor y que ese amor es el Espíritu Santo.

Pero, seguidamente, nos cuestionó: ¿para qué nos sirve que Dios sea 3 personas?. Si bien en las respuestas de la asamblea se apuntó correctamente acerca de las funciones distintas que desempeñan las tres personas divinas (el Padre creador y origen de todo, el Hijo Salvador y el Espíritu compañía y sustento de nuestra vida), a lo que quería llegar el sacerdote era a la idea de que las tres personas que componen la Santísima Trinidad aparecen siempre unidas entre sí por un gran amor, por lo que Dios no es un ser solitario carente de afectos.

Ejemplificó diciendo que cuando Jesús habla de su Padre, uno se da cuenta que lo hace con alegría; por otro lado, cuando el Padre habla en el Antiguo Testamento dice de sí mismo que es misericordioso, justo, fiel (características que tienen sentido en relación a otros, por cierto, anotó), pero en el Nuevo Testamento al hablar lo hace con orgullo y hasta “chochera” de su hijo amado. Y el Espíritu Santo no viene con palabras propias, sino a recordar lo que Jesús nos ha enseñado y aprendemos de él la cercanía con el Padre, hasta el punto de movernos a decirle Abba (papito).

Por lo tanto, concluyó, que Dios sea trinidad nos da la imagen de familia, de comunidad perfecta en el amor y ya que nosotros, como sabemos, fuimos hechos “a imagen y semejanza” de Dios, fuimos hechos para la comunidad, para el amor, para los demás. Por lo que el camino de perfección cristiana no es un camino individualista, sino de vivir en comunión cada vez más profunda con otros, porque nuestro corazón no alcanza la alegría y el descanso sin estar en comunión con otros.

Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.