Hoy celebramos la Liturgia en nuestra capilla, presididos por el ministro José Irigoyen. El Evangelio que se proclamó fue Lucas 17, 11-19 (Los 10 leprosos sanados).
El Ministro nos preguntó si nosotros tenemos lepras, lo que fue prestamente respondido por varios miembros de la comunidad, asintiendo, reconociendo que eran muchas y detallándolas: maldad, egoísmo, envidia... etc., a lo que José indicó que solemos creer que el Evangelio habla de situaciones pretéritas, pero este reconocimiento de nuestras "lepras" nos demuestra que siguen siendo actuales, pues, si bien la lepra física casi se extinguió con los avances de la tecnología, la lepra del corazón subsiste.
Y la caracterizó, diciendo que la principal lepra es la falta de amor al prójimo, con quien se identifica el mismo Señor.
Nos recordó que en el bautismo fuimos reconocidos como hijos de Dios (pues ya lo éramos al momento de nacer) y, mediante ese sacramento, debemos sentirnos comprometidos a vivir el amor a los demás.
Posteriormente recalcó, volviendo al texto bíblico, que la sanación conseguida nos recuerda ser agradecidos por tantos dones recibidos de Dios, porque, recordó, cada quien según sus devociones particulares, pide bastantes gracias al Señor por medio de los santos y las distintas advocaciones de la Virgen, pero no somos tan expresivos ni tan prestos a agradecer posteriormente.
Pidamos la gracia de ser agradecidos.
Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.
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