En el momento de reflexionar la Palabra, nos dijo que debíamos tener presente el contexto de las otras lecturas proclamadas, especialmente la primera (contra los que pisotean al indigente para hacer desaparecer al pobre) y el Salmo que alaba al Señor "que alza al pobre". Es decir, el mensaje del Señor es a favor del pobre. Entonces, cuando con claridad indica que no se puede servir a Dios y al dinero, nos previene de la tentación, en nuestras sociedades consumistas y materialistas de poner en primer lugar al dinero (servirlo), por sobre Dios (servir al necesitado).
Por último, nos invitó a orar para que no nos dejemos seducir por el apego al dinero y seamos capaces de utilizarlo para servir a los que lo necesitan.
Gloria a Ti, Señor.
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