9 de marzo de 2012
Viernes de la Segunda Semana de
Cuaresma
Lecturas de
hoy:
Génesis 37, 3-4.12-13a.17b-28 / Salmo 104, 16-21 ¡Recuerden las maravillas que hizo el Señor!
EVANGELIO
+ Evangelio de
nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 21, 33-43.45-46
Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del
pueblo:
«Escuchen otra parábola: Un hombre poseía una tierra y allí
plantó una viña, la cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia.
Después la arrendó a unos viñadores y se fue al extranjero.
Cuando llegó el tiempo de la vendimia, envió a sus
servidores para percibir los frutos. Pero los viñadores se apoderaron de ellos,
y a uno lo golpearon, a otro lo mataron y al tercero lo apedrearon. El propietario
volvió a enviar a otros servidores, en mayor número que los primeros, pero los
trataron de la misma manera.
Finalmente, les envió a su propio hijo, pensando:
"Respetarán a mi hijo." Pero, al verlo, los viñadores se dijeron:
"Este es el heredero: vamos a matarlo para quedarnos con su
herencia." Y apoderándose de él, lo arrojaron fuera de la viña y lo
mataron.
Cuando vuelva el dueño, ¿qué les parece que hará con
aquellos viñadores?»
Le respondieron: «Acabará con esos miserables y arrendará la
viña a otros, que le entregarán el fruto a su debido tiempo.»
Jesús agregó: «¿No han leído nunca en las Escrituras: La
piedra que los constructores rechazaron ha llegado a ser la piedra angular:
esta es la obra del Señor, admirable a nuestros ojos?
Por eso les digo que el Reino de Dios les será quitado a
ustedes, para ser entregado a un pueblo que le hará producir sus frutos.»
Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír estas parábolas,
comprendieron que se refería a ellos. Entonces buscaron el modo de detenerlo,
pero temían a la multitud, que lo consideraba un profeta.
Palabra del Señor.
MEDITACION
José, hijo de
Jacob-Israel, tiene un paralelo con Jesús: ambos son hijos amados de sus
padres; ambos, debido al odio fueron víctimas de sus hermanos. El salmo, a
continuación nos recuerda apretadamente lo que sucedió posteriormente con José;
por su parte, el propio Señor utiliza una imagen elocuente para aplicársela a
sí mismo después de su pasión: fue piedra rechazada que se transformaría en la
base sobre la que se construiría la obra admirable de Dios.
Todo esto nos invita a
reflexionar en que muchas veces, pese a las malas experiencias (y a veces, como
resultado de las mismas), Dios realiza su portentosa, sabia y más hermosa obra
en nosotros. Como se decía hace algunos años, “escribe derecho sobre renglones
torcidos”. ¡Recuerden las maravillas que hizo el Señor!, exclama alegremente el
salmista.
Gracias, Señor, por lo
que has hecho con nuestra vida, por haber hecho en nosotros maravillas, por
construir tu bella obra con el pobre material que aportamos nosotros.
Paz, Amor y
Alegría para tu día y tu vida.
Miguel.
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