7 de marzo de 2012
Miércoles de la Segunda Semana de
Cuaresma
Lecturas de
hoy:
Jeremías 18, 18-20 / Salmo 30, 5-6. 14-16 ¡Sálvame, Señor, por tu misericordia!
EVANGELIO
+ Evangelio de
nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 20, 17-28
Cuando Jesús se dispuso a subir a Jerusalén, llevó consigo
sólo a los Doce, y en el camino les dijo: «Ahora subimos a Jerusalén, donde el
Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas.
Ellos lo condenarán a muerte y lo entregarán a los paganos para que sea
maltratado, azotado y crucificado, pero al tercer día resucitará.»
Entonces la madre de los hijos de Zebedeo se acercó a Jesús,
junto con sus hijos, y se postró ante él para pedirle algo.
«¿Qué quieres?», le preguntó Jesús.
Ella le dijo: «Manda que mis dos hijos se sienten en tu
Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.»
«No saben lo que piden», respondió Jesús. «¿Pueden beber el
cáliz que yo beberé?»
«Podemos», le respondieron.
«Está bien, les dijo Jesús, ustedes beberán mi cáliz. En
cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo,
sino que esos puestos son para quienes se los ha destinado mi Padre.»
Al oír esto, los otros diez se indignaron contra los dos
hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: «Ustedes saben que los jefes de las
naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad.
Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que
se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero que se haga su
esclavo: como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para
servir y dar su vida en rescate por una multitud.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
Jeremías en la primera
lectura es signo de Jesús y todo lo que habría de sufrir, cuando le devolvieran
mal por todo el bien que hizo… Pero hay una frase que refleja también a sus
discípulos: “no prestemos atención a sus
palabras”. ¿De qué otra manera comprender que inmediatamente después de
anunciar su pasión, se le presentara la madre de Santiago y Juan solicitando
lugares en el Reino que habría de venir? ¿No escucharon que iba a “ser entregado a los sumos sacerdotes y a
los escribas” quienes “lo condenarán
a muerte y lo entregarán a los paganos para que sea maltratado, azotado y
crucificado”.
Reconozcamos que
también nosotros solemos no oír el mensaje completo. Seleccionamos lo bonito y
hacemos a un lado la cruz.
Aprendamos del Señor
que, con certeza pudo haber orado con el salmo: “Oigo los rumores de la gente y amenazas por todas partes, mientras se
confabulan contra mí y traman quitarme la vida. Pero yo confío en ti, Señor, y
te digo: «Tú eres mi Dios, mi destino está en tus manos.»”. Y su confianza
fue recompensada. Eso celebraremos al término de esta Cuaresma.
Inspirados en tu Hijo,
te reconocemos como nuestro refugio y ponemos la vida en tus manos, Señor, Dios
fiel.
Paz, Amor y
Alegría para tu día y tu vida.
Miguel.
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