Pertenecemos a la Parroquia Santo Cura de Ars, atendida pastoralmente por la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos).

Nos ubicas en Pirámide 565, paradero 11 ½ de Santa Rosa. Comuna de San Miguel, Santiago de Chile.
Nuestras actividades se despliegan durante la semana; nuestra celebración dominical es a las 10:15. Bienvenid@s.





ATENCIÓN

A contar del 1 de Enero de 2013 las Meditaciones diarias del evangelio se encuentran en: http://pazamoryalegria.blogspot.com/

lunes, 3 de diciembre de 2012

Lo que hace más bello, grande y auténtico el amor de Dios por nosotros


3 de diciembre de 2012
Lunes de la Primera Semana de Adviento

Lecturas:
Isaías 2, 1-5 / Salmo 121, 1-2. 4-9 ¡Vamos con alegría a la Casa del Señor!

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo     8, 5-11
Al entrar en Cafarnaún, se le acercó un centurión, rogándole: «Señor, mi sirviente está en casa enfermo de parálisis y sufre terriblemente.» Jesús le dijo: «Yo mismo iré a curarlo.»
Pero el centurión respondió: «Señor, no soy digno de que entres en mi casa; basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará. Porque cuando yo, que no soy más que un oficial subalterno, digo a uno de los soldados que están a mis órdenes: "Ve", él va, y a otro: "Ven", él viene; y cuando digo a mi sirviente: "Tienes que hacer esto", él lo hace.»
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que lo seguían: «Les aseguro que no he encontrado a nadie en Israel que tenga tanta fe. Por eso les digo que muchos vendrán de Oriente y de Occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob, en el Reino de los Cielos.»
Palabra del Señor.

MEDITACION
Dando los primeros pasos del Adviento, primavera del alma, ante la perspectiva de que se cumpla la visión de Isaías: «Sucederá al fin de los tiempos que […] Él nos instruirá en sus caminos y caminaremos por sus sendas […] Él será juez entre las naciones y árbitro de pueblos numerosos. Con sus espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas. No levantará la espada una nación contra otra ni se adiestrarán más para la guerra» (1L), entonces, en la espera de esa luminosa venida, nos encontramos con esta palabra que sin duda todos podemos y debemos hacer nuestra «no soy digno de que entres en mi casa».
¿Quién puede ser digno de las atenciones del Eternamente misericordioso, del amable Creador del Universo, del Todopoderoso lleno de bondad?. Nadie, por cierto. Eso hace más bello, grande y auténtico su amor por esta criatura humana que no puede retribuirle ni en lo más mínimo.
Por eso, como propósito para este tiempo, y, porque no es propio de un seguidor del Maestro esperar de brazos cruzados, sintámonos invitados a mirar a todos aquellos que pasan por nuestro lado y hacer propio el canto del salmista: «Por amor a mis hermanos y amigos, diré: “La paz esté contigo”. Por amor a la Casa del Señor, nuestro Dios, buscaré tu felicidad» (Sal).

No somos dignos, y, sin embargo, nos das todo. Gracias, Señor

Ven pronto, Señor de la Paz, el Amor y la Alegría,
Miguel.

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