Pertenecemos a la Parroquia Santo Cura de Ars, atendida pastoralmente por la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos).

Nos ubicas en Pirámide 565, paradero 11 ½ de Santa Rosa. Comuna de San Miguel, Santiago de Chile.
Nuestras actividades se despliegan durante la semana; nuestra celebración dominical es a las 10:15. Bienvenid@s.





ATENCIÓN

A contar del 1 de Enero de 2013 las Meditaciones diarias del evangelio se encuentran en: http://pazamoryalegria.blogspot.com/

jueves, 1 de noviembre de 2012

Jesús, tal como nosotros, cree que lo más importante que existe es el amor

PREPAREMOS EL PRÓXIMO DÍA DEL SEÑOR
4 de noviembre de 2012
Trigésimo Primer Domingo Durante el Año

Lecturas:
Deuteronomio 6, 1-6 / Salmo 17, 2-4. 47. 51 Yo te amo, Señor, mi fortaleza. / Hebreos 7, 23-28

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos     12, 28-34
    Un escriba se acercó y le preguntó: «¿Cuál es el primero de los mandamientos?»
    Jesús respondió: «El primero es: "Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas". El segundo es: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". No hay otro mandamiento más grande que estos».
    El escriba le dijo: «Muy bien, Maestro, tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que Él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios».
    Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente, le dijo: «Tú no estás lejos del Reino de Dios».
    Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Palabra del Señor.

MEDITACION
No se sabe si era auténtica la preocupación del escriba, estaba poniendo a prueba a este predicador desconocido en la capital o simplemente la pregunta nació del gusto por conversar este tipo de temas. El caso es que Jesús dio la respuesta que todo judío sabe y repite tres veces al día desde niño: «Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas», que son «los preceptos y las leyes que el Señor, su Dios, ordenó que les enseñara a practicar» (1L). Corazón, alma, espíritu, fuerza  pretende significar que, con todo lo que se es y se tiene, brote de nosotros un «Yo te amo, Señor, mi fuerza, Señor, mi Roca, mi fortaleza y mi libertador» (Sal).
Pero Jesús añade un segundo mandamiento: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo», vinculándolos tan hondamente que señala «No hay otro mandamiento más grande que estos». Él mismo ha dado el ejemplo amando tanto a Dios que lo llamaba y enseñaba a llamarlo Padre y amándonos hasta dar la vida y aún después de su Resurrección, «ya que vive eternamente para interceder» (2L) por nosotros.
Jesús, tal como nosotros, cree que lo más importante que existe es el amor. Pero quiere decirnos que no basta con amar  a Dios, porque no se lo puede amar en abstracto,  debe hacerse concreto en el prójimo: «¿Cómo puede amar a Dios, a quien no ve, el que no ama a su hermano, a quien ve?» (1 Juan 4,20). Y tampoco basta con amar al prójimo, porque el amor a Dios Padre es lo que le da sustento, ya que todos los demás también son sus hijos –por tanto hermanos nuestros- «si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y el amor de Dios ha llegado a su plenitud en nosotros» (1 Juan 4,12).
El Maestro pone como base de todas las leyes el amor a Dios y al prójimo, para señalar que puede ser bueno cumplir algunas normas, pero, lo más importante es:
la justicia, la caridad, la ayuda, la generosidad, la comprensión y la bondad con los demás. Porque si estas actitudes no son parte de nuestra vida diaria, no somos de verdad y eso hace muy difícil al Padre Bueno poder reconocer en nosotros a sus hijos.
Tratemos, entonces, de hacer realidad en nosotros esta Palabra y, para que esto sea posible, no dejemos de pedir ayuda al mismo Señor. Cada día y siempre.

Ayúdanos, Señor a vencer nuestro egoísmo para centrarnos en el mandamiento principal y primero, porque amarte a ti y al prójimo es cumplir tu ley enteramente. Amén.

Intentando llenar de Paz, Amor y Alegría nuestras relaciones con Dios y los hermanos,
Miguel.

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