22 de marzo de 2012
Jueves de la Cuarta Semana de Cuaresma
Lecturas de hoy:
Exodo 32, 7-14 / Salmo 105, 19-23 ¡Acuérdate de tus promesas, Señor!
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 5, 31-47
Jesús dijo a los judíos:
«Si yo diera testimonio de mí mismo, mi testimonio no valdría. Pero hay otro que da testimonio de mí, y yo sé que ese testimonio es verdadero.
Ustedes mismos mandaron preguntar a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para la salvación de ustedes. Juan era la lámpara que arde y resplandece, y ustedes han querido gozar un instante de su luz. Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: son las obras que el Padre me encargó llevar a cabo. Estas obras que yo realizo atestiguan que mi Padre me ha enviado. Y el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Ustedes nunca han escuchado su voz ni han visto su rostro, y su palabra no permanece en ustedes, porque no creen al que él envió.
Ustedes examinan las Escrituras, porque en ellas piensan encontrar Vida eterna: ellas dan testimonio de mí, y sin embargo, ustedes no quieren venir a mí para tener Vida.
Mi gloria no viene de los hombres. Además, yo los conozco: el amor de Dios no está en ustedes. He venido en nombre de mi Padre y ustedes no me reciben, pero si otro viene en su propio nombre, a ese sí lo van a recibir. ¿Cómo es posible que crean, ustedes que se glorifican unos a otros y no se preocupan por la gloria que sólo viene de Dios?
No piensen que soy yo el que los acusaré ante el Padre; el que los acusará será Moisés, en el que ustedes han puesto su esperanza. Si creyeran en Moisés, también creerían en mí, porque él ha escrito acerca de mí. Pero si no creen lo que él ha escrito, ¿cómo creerán lo que yo les digo?»
Palabra del Señor.
MEDITACION
“Ustedes examinan las Escrituras, porque en ellas piensan encontrar Vida eterna: ellas dan testimonio de mí, y sin embargo, ustedes no quieren venir a mí para tener Vida… el amor de Dios no está en ustedes”.
Y nosotros ¿examinamos las Escrituras?
Tristemente para la salud de nuestra alma, como en la primera lectura, muchas veces tenemos nuestro “ternero de metal” (dinero, posesiones, pasiones, etc.) que reemplaza a Dios en nuestro corazón. No tenemos tiempo (más bien no nos lo hacemos) para leer la carta de amor que es la Palabra divina. Eso nos enceguece a las obras que hace cotidianamente el Señor en nuestra vida, porque “no nos preocupamos por la gloria que sólo viene de Dios” ¿Cómo podríamos saber, conocer o descubrir lo que es esa gloria, “las obras que el Padre le encargó llevar a cabo a Jesús, que es testimonio de quien Él es”, sin el contacto diario con la Biblia, la palabra inspirada por Dios para acercarnos a Él?
Señor, queremos encontrar Vida eterna y acoger el testimonio de ti en las Escrituras. Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Jacob, tus servidores, a quienes juraste por ti mismo diciendo: "Yo multiplicaré su descendencia como las estrellas del cielo, y les daré toda esta tierra de la que hablé, para que la tengan siempre como herencia”. Permítenos hacernos parte de esa descendencia por la fe, manifestada en las obras que nos inspiras a realizar. Que así sea.
Paz, Amor y Alegría para tu día y tu vida.
Miguel.
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