Nuestros egos son los que más sufren por pretender seguir al Maestro

13 de noviembre de 2012

Martes de la Trigésima Segunda Semana Durante el Año

Lecturas:

Tito 2, 1-7. 11-14 / Salmo 36, 3-4. 18.23.27.29 La salvación de los justos viene del Señor.

EVANGELIO

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     17, 7-10

El Señor dijo:

«Supongamos que uno de ustedes tiene un servidor para arar o cuidar el ganado. Cuando este regresa del campo, ¿acaso le dirá: "Ven pronto y siéntate a la mesa"? ¿No le dirá más bien: "Prepárame la cena y recógete la túnica para servirme hasta que yo haya comido y bebido, y tú comerás y beberás después"? ¿Deberá mostrarse agradecido con el servidor porque hizo lo que se le mandó?

Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les mande, digan: "Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber."»

Palabra del Señor.

MEDITACION

Nuestros egos son los que más sufren por pretender seguir al Maestro. Hoy Jesús nos dice que cuando realicemos lo que nos manda, no tendremos aplausos ni premios, sino que deberemos decirnos «Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber», «Porque la gracia de Dios, que es fuente de salvación para todos los hombres, se ha manifestado. Ella nos enseña a rechazar la impiedad y los deseos mundanos, para vivir en la vida presente con sobriedad, justicia y piedad, mientras aguardamos la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador, Cristo Jesús» (1L).

Entonces, debido a que es la gracia de Dios la que nos impulsa a hacer el bien, no debemos buscar llamar la atención humana con nuestro actuar sobrio, justo y piadoso, sino que gozarnos de tal manera «que el Señor sea tu único deleite, y él colmará los deseos de tu corazón» (Sal).

Danos la humildad del servidor, Señor, la humildad de quien sabe que la gracia sólo viene de ti, la humildad que deben tener los discípulos misioneros de tu Reino, servidores de los hermanos, a imagen tuya y en tu nombre, Señor. Así sea.

Entregando de nuestras carencias toda la Paz, Amor y Alegría que requieran los hermanos,

Miguel.